Si hablas con ese hombre allá arriba, dijo, quiero que le digas algo por mí. Dígale que no es cierto que la gente muera joven. Pero realmente lo creo. Dígale que si deben morir en absoluto, deben morir cuando son viejos. Mi deseo es que le digas esto. No creo que sepa sobre esta injusticia porque se supone que es una buena persona y esto ha estado sucediendo durante mucho, mucho tiempo. ¿Le dirás?
(If you talk to that man up there, he said, I want you to tell Him something for me. Tell Him it's not true that people die young. But I really think so. Tell Him that if they must die at all, they should die when they are old. My wish is that you tell Him this. I don't think he knows about this injustice because he is supposed to be a good person and this has been going on for a long, long time. Will you tell Him?)
La cita refleja una profunda sensación de injusticia con respecto a las muertes prematuras de los jóvenes. El orador expresa un deseo conmovedor para que lo Divino entiendan este sufrimiento, argumentando que si la muerte es inevitable, solo debe llegar a aquellos que han vivido una vida plena. Este sentimiento resalta la injusticia y la agitación emocional que rodea la pérdida prematura, lo que sugiere que es un problema profundo que lo divino puede desconocer, a pesar de la expectativa de una deidad benevolente.
Este anhelo de justicia subraya un deseo humano fundamental de comprensión y equidad frente a las crueles realidades de la vida. La súplica del orador enfatiza la necesidad de reconocimiento del dolor causado por las muertes tempranas, lo que provoca una reflexión sobre la mortalidad y el valor de la vida. El tema general es de frustración con la aleatoriedad de la muerte, junto con el deseo de un resultado más equitativo para todos, especialmente para los jóvenes.