Sostener la ira es un veneno. Te come desde adentro. Creemos que odiar es un arma que ataca a la persona que nos dañó. Pero el odio es una cuchilla curva. Y el daño que hacemos, nos hacemos a nosotros mismos. Perdona, Edward. Perdonar ... Nadie nace con ira. Y cuando morimos, el alma se libera. Pero ahora, aquí, para seguir adelante, debes entender por qué sintiste lo que hiciste y por qué ya no necesitas sentirlo. Tocó su mano.
(Holding anger is a poison. It eats you from the inside. We think that hating is a weapon that attacks the person who harmed us. But hatred is a curved blade. And the harm we do, we do to ourselves. Forgive, Edward. Forgive...no one is born with anger. And when we die, the soul is freed of it. But now, here, in order to move on, you must understand why you felt what you did, and why you no longer need to feel it.'She touched his hand.'You need to forgive your father.)
La cita enfatiza la naturaleza destructiva de aferrarse a la ira y al odio. Sugiere que si bien a menudo percibimos estas emociones como una forma de tomar represalias contra aquellos que nos han lastimado, en última instancia nos dañan más que nadie. La metáfora del odio como una "cuchilla curva" implica que el sufrimiento que infligimos a los demás nos regresa, lo que lleva a la autodestrucción. Para sanar realmente y avanzar, debemos enfrentar nuestros sentimientos y reconocer su impacto.
El pasaje también subraya la importancia del perdón, particularmente en el contexto de las relaciones familiares. Fomenta dejar de lado las emociones negativas, como la ira hacia el padre de uno, destacando que estos sentimientos no son intrínsecos para nuestro ser. Al perdonar, nos liberamos de las cargas del pasado, permitiendo que nuestras almas se muevan libremente hacia la curación y la paz.