El autor reflexiona sobre sus años formativos, destacando las influencias contrastantes de sus padres. Su madre apreciaba la literatura, lo rodeaba con el aroma de los libros, que cultivaba el amor por la lectura y el aprendizaje. Mientras tanto, la pasión de su padre por el béisbol introdujo una dimensión diferente a su educación, caracterizada por la experiencia táctil de los guantes y la emoción del deporte.
Esta dualidad en su adolescencia demuestra cómo abrazó las actividades intelectuales y físicas, dando forma a su identidad. La mezcla de estos dos mundos, literatura y béisbol, ilustra la riqueza de su infancia y el profundo impacto que sus padres tuvieron en su vida.