Creo que la mayoría de nosotros, de todos modos, leemos estas historias que sabemos que no son "verdaderas" porque estamos hambrientos de otro tipo de verdad: la verdad mítica sobre la naturaleza humana en general, la verdad particular sobre esas comunidades de vida que definen nuestra propia identidad, y la verdad más específica de todas: nuestra propia historia. La ficción, por no tratarse de alguien que vivió en el mundo real, siempre tiene la posibilidad de tratarse de uno mismo. --De la Introducción
(I think that most of us, anyway, read these stories that we know are not "true" because we're hungry for another kind of truth: the mythic truth about human nature in general, the particular truth about those life-communities that define our own identity, and the most specific truth of all: our own self-story. Fiction, because it is not about someone who lived in the real world, always has the possibility of being about oneself. --From the Introduction)
En la introducción de "El juego de Ender", Orson Scott Card reflexiona sobre el atractivo de la ficción, enfatizando que las historias, incluso aquellas reconocidas como no objetivas, satisfacen un anhelo más profundo de verdad. Esta verdad mítica trasciende la mera realidad y ofrece información sobre la naturaleza humana y las experiencias colectivas que dan forma a nuestras identidades. A través de estas narrativas, los lectores pueden conectarse con temas más amplios que resuenan dentro de ellos y sus comunidades.
Card sugiere que la cualidad única de la ficción radica en su capacidad de permitir a los lectores ver aspectos de sus propias vidas e identidades dentro de su tejido. Dado que las historias de ficción no están ligadas a individuos reales, crean un espacio para la autorreflexión y la exploración. Esta conexión personal permite a los lectores interpretar los viajes y conflictos de los personajes como reflejos de sus propias experiencias, encontrando así significado en las narrativas que se desarrollan en la página.
