De una manera tonta y fuerte, había discutido la política; Había sido grosero en su desacuerdo, y solo el tacto hábil de su anfitrión había sido suficiente para salvar la noche. Cuánto tengo que aprender, pensó Childan. Son tan elegantes y educados. Y yo-el bárbaro blanco. Es cierto.
(In a foolish and loud manner he had argued politics; he had been rude in his disagreeing, and only the adroit tact of his host had sufficed to save the evening. How much I have to learn, Childan thought. They're so graceful and polite. And I-the white barbarian. It is true.)
En la historia, Childan reflexiona sobre su comportamiento durante una discusión política que se volvió desagradable debido a sus argumentos fuertes y tontos. Su grosería en los desacuerdos casi estropeó la noche, pero el hábil tacto de su anfitrión logró difundir la tensión y salvar la situación. Esta experiencia destacó sus propias deficiencias en la gracia social y el decoro.
Childan siente una sensación de insuficiencia, comparándose con quienes lo rodean más refinados y educados. Reconoce su propio comportamiento como crudo y bárbaro en contraste con los modales sofisticados de los demás, lo que lo lleva a darse cuenta de cuánto tiene que aprender sobre la etiqueta y la comunicación.