En el viaje de cada artista, hay una figura fundamental que revela su potencial y enciende su espíritu creativo. Esta persona ofrece una idea de las posibilidades artísticas que se encuentran dentro, al igual que los primeros momentos de la vida cuando encontramos el espectro de las habilidades humanas. Es a través de esta conexión que los artistas realmente reconocen los talentos latentes que poseen.
Cuando esa persona especial emerge, actúa como un catalizador, despertando un profundo deseo de expresarse a través de diversas formas de arte, ya sea música, pintura o danza. Este encuentro transformador marca un punto de inflexión significativo, dejando un impacto duradero en la vida y la expresión artística del artista.
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