En la mayoría de los grupos, la persona más loca tiene el control. Comienza porque nadie quiere los problemas que provienen de molestar a una persona loca. Es simplemente más inteligente y más fácil a veces dejar que la loca se abra el camino.
(In most groups the craziest person is in control. It starts because no one wants the problems that come from pissing off a crazy person. It's just smarter and easier sometimes to let the crazy person have his or her way.)
En muchos grupos sociales, a menudo es la persona más impredecible que termina liderando. Este fenómeno tiende a ocurrir porque otros prefieren evitar el conflicto que puede surgir al perseguir a alguien que es percibido como "loco". En lugar de desafiar a esta persona y arriesgar su ira, a las personas les resulta más sencillo aceptar sus deseos. Esta dinámica puede crear un desequilibrio de poder donde el individuo impredecible dicta las acciones del grupo.
Scott Adams, en su libro "Cómo fallar en casi todo y aún así ganar en grande", comenta sobre esta realidad, destacando cómo el miedo al conflicto puede impulsar a los grupos a permitir que el comportamiento irracional domine sus decisiones. Con el tiempo, esto puede conducir a una situación en la que el grupo selecciona colectivamente el camino más fácil en lugar de enfrentar un problema directamente, que finalmente puede obstaculizar su progreso.