La cita se refleja en el profundo impacto del lenguaje y la expresión en la identidad de una persona. Hace hincapié en que cuando las palabras de un hombre están distorsionadas o quitadas, es similar a destruir su esencia. Las palabras son esenciales para su ser, y sin ellas, se siente incapaz de comunicarse o abogar por sí mismo, lo que crea una forma de sufrimiento similar a la violencia física.
Esta noción resuena profundamente con la representación del autor de la conexión entre el lenguaje y la integridad personal. El orador equipara el silenciamiento de la voz de uno para presenciar un asesinato, destacando la violencia emocional infligida cuando la capacidad de una persona para expresarse se ve comprometida. Esto revela la importancia de las palabras en la configuración de las relaciones y la realidad.