En "The Man in the High Castle" de Philip K. Dick, el personaje está profundamente preocupado por la noción de una fuerza monstruosa y primaria que resurge en el mundo. Esta entidad, que representa una forma de la oscura historia de la humanidad, aparentemente ha recuperado el poder y la influencia, diciendo una sombra sobre la civilización. La reflexión de Frink destaca la larga lucha que la humanidad soportó para superar tales amenazas, solo para enfrentar la aterradora realidad de su regreso.
El concepto sirve como un recordatorio escalofriante de la facilidad con que la sociedad puede volver a sus instintos más bajos. En lugar de ser simples adversarios, estos antiguos horrores ahora han asumido el papel de los gobernantes, lo que sugiere que a pesar del progreso, la humanidad sigue siendo vulnerable a sus fallas pasadas. El horror de Frink encapsula el miedo a la regresión en un mundo gobernado por estas fuerzas arcaicas, lo que lleva a los lectores a reflexionar sobre la naturaleza cíclica de la historia y la fragilidad de la civilización.