En "La actitud correcta hacia la lluvia", Alexander McCall Smith explora las complejidades de la moralidad, destacando que a menudo se siente sin esfuerzo actuar éticamente cuando los sentimientos de uno se alinean con esas acciones. Cuando nuestras emociones y opciones morales están en armonía, crea un sentido de la rectitud en nuestro comportamiento.

Sin embargo, el verdadero desafío surge cuando los sentimientos innatos de uno contradicen las obligaciones morales. Requiere un esfuerzo significativo y una autodisciplina para anular las emociones personales y cumplir con los principios éticos. Esta lucha refleja la naturaleza más profunda de los dilemas morales, ilustrando que la moralidad genuina a menudo exige superar nuestros impulsos inmediatos por un bien mayor.