El personaje elegido previamente en el cargo disfrutó del apoyo de una poderosa mafia, lo que sugiere que su ascenso fue alimentado por el caos y la pasión en lugar de la racionalidad. Esto resalta la tensión entre el fervor de sus seguidores y los segmentos más compuestos de la sociedad que eventualmente pueden tomar el control.
A medida que surgen más fuerzas racionales, no está claro si continuarán respaldando a un líder que es retratado como debilitado y manipulador. Las preocupaciones sobre su dependencia del engaño y la manipulación emocional para mantener el poder indican una posible disminución en su apoyo, ya que la población busca estabilidad e integridad en el liderazgo.