En esta cita, "El poder percibido es el poder alcanzado", el autor Brad Thor enfatiza la importancia de la percepción en el ámbito de la dinámica de poder. Sugiere que la percepción de posesión de poder puede afectar en gran medida la capacidad de uno para manejarlo. Esta noción implica que los individuos o grupos que se cree que tienen poder pueden influir en los resultados, independientemente de su verdadera fuerza.
Este concepto resuena profundamente en varios contextos, particularmente en política, liderazgo y negociaciones. Cuando los líderes son percibidos como poderosos, sus decisiones se aceptan más fácilmente y su influencia se extiende más allá de lo que puede estar basado en la realidad. La cita encapsula la esencia del apalancamiento psicológico, donde las creencias y percepciones de los individuos pueden dar forma a los resultados tangibles en la sociedad.