La cita de "The Ghost in the Shell - Stand Alone Complex" de Shirow Masamune refleja la idea de que los robots, a diferencia de los humanos, no experimentan emociones genuinas. En cambio, su comportamiento, como sonreír, es el resultado de la programación en lugar de un deseo intrínseco. Esta distinción destaca la diferencia fundamental entre las experiencias emocionales humanas y las funciones robóticas.
Esta perspectiva plantea preguntas sobre la naturaleza de la conciencia y la autenticidad de las emociones tanto en humanos como en máquinas. A medida que se desarrolla la tecnología, las líneas entre los comportamientos humanos y las respuestas programadas se vuelven cada vez más borrosas, lo que provoca discusiones más profundas sobre la identidad, la empatía y lo que significa estar realmente vivo.