Los rusos ganaron una fuerte reputación por sus habilidades de programación en Wall Street, atribuidas a sus experiencias únicas con acceso limitado a los recursos informáticos. Serge reflexionó sobre esto, explicando que durante su entrenamiento, tuvo que aprender a programar de manera eficiente debido a la escasez de tiempo de computadora. Este entorno fomentó una mentalidad que se centró en la precisión y la planificación cuidadosa.
Incluso años después, con un amplio acceso a las computadoras, Serge mantuvo el hábito de redactar sus programas en papel antes de ingresarlos en la máquina. Señaló que en Rusia, el tiempo de computadora era muy restringido, lo que hacía crucial optimizar cada minuto que se dedica a codificar. Esta disciplina les inculcó un ingenio que les sirvió bien en el mundo competitivo de las finanzas.
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