La duda era un lujo, ya que, tal vez, era la vida examinada. Y, sin embargo, la vida examinada, como lo tenía el adagio, era la única vida que valía la pena vivir.
(Self-doubt was a luxury, as, perhaps, was the examined life. And yet the examined life, as the adage had it, was the only life worth living.)
La cita refleja la idea de que si bien la duda puede considerarse un lujo, la búsqueda de comprenderse a sí mismo y las experiencias de uno es esencial. Sugiere que las personas a menudo luchan con sus dudas e inseguridades, lo que puede evitar que realmente examinen sus vidas. Este proceso de autoexaminación, aunque desafiante, se representa como la forma más satisfactoria de vivir.
En esencia, la vida examinada requiere coraje e introspección, instando a las personas a enfrentar sus pensamientos y sentimientos en lugar de ignorarlos. El autor destaca que a pesar de las dificultades que pueden surgir de este viaje de autodescubrimiento, es en última instancia lo que da vida a la vida.
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