Soren, un personaje en el libro de Kathryn Lasky "The Siege", se le asignó el número 82-85, una identificación que lo dejó incapaz de recordar su número anterior. Este detalle enfatiza su desorientación y la pérdida de identidad que acompaña a tal sistema de etiquetado. El número probablemente representa un tema más amplio de la historia, donde los personajes luchan con su sentido de sí mismos en medio de circunstancias desafiantes.
La narración explora cómo estos identificadores pueden despojar a los individuos de sus historias y experiencias personales, causando una desconexión de su pasado. La incapacidad de Soren para recordar su número anterior simboliza un conflicto mayor entre la individualidad y las fuerzas opresivas que buscan disminuir las narraciones personales en el entorno que habita.