telefoneó a Jamie a la mañana siguiente a la hora decente más temprana; nueve en punto, en su opinión. Isabel observó una etiqueta del teléfono: una llamada antes de las ocho de la mañana era una emergencia; Entre las ocho y las nueve fue una intrusión; Posteriormente, las llamadas podrían hacerse hasta las diez de la noche, aunque cualquier cosa después de nueve treinta años requirió una disculpa por la perturbación. Después de que diez uno estuvo en el tiempo de emergencia nuevamente.
(telephoned Jamie the next morning at the earliest decent hour; nine o'clock, in her view. Isabel observed an etiquette of the telephone: a call before eight in the morning was an emergency; between eight and nine it was an intrusion; thereafter calls could be made until ten in the evening, although anything after nine-thirty required an apology for the disturbance. After ten one was into emergency time again.)
Isabel tiene una vista específica sobre la etiqueta del teléfono que da forma a sus interacciones. Ella cree que las llamadas antes de las ocho de la mañana solo deben reservarse para emergencias, mientras que las hechas entre ocho y nueve se consideran intrusivas. Esto establece un límite claro para su paz matutina, ilustrando su cuidadosa consideración de los horarios y la comodidad de los demás.
Más allá de las nueve de la mañana, Isabel se siente más a gusto haciendo llamadas, pero aún reconoce la dinámica social en juego, como la necesidad de disculparse por las llamadas realizadas después de las nueve y media. Este marco revela su enfoque estructurado de la comunicación, asegurando que respeta el tiempo de los demás al tiempo que navega por sus propias necesidades.