En "Catch-22", Yossarian reconoce la naturaleza paradójica del concepto titular, entendiéndolo como un dilema inevitable que presenta una mezcla de lógica y absurdo. Mientras conversa con Doc Daneeka, Yossarian contempla la espeluznante elegancia de Catch-22, comparándolo con el arte moderno, nocivo pero desconcertante. Esta correspondencia enfatiza la complejidad y la inutilidad inherente a la burocracia militar y las luchas que enfrentan los individuos atrapados en tal sistema.
La metáfora del arte moderno ilustra la lucha de Yossarian para comprender completamente las implicaciones de Catch-22. Él percibe tanto sus complejidades como su absurdo, reconociendo cómo captura la irracionalidad de la guerra y la autoridad. A través de esta exploración, Heller critica la naturaleza intrincada de las reglas sociales que atrapan a los individuos, dejándolos lidiar con sus precariosas circunstancias mientras cuestionan la sensibilidad de sus experiencias.