Los pequeños simios desagradables que se hacen llamar seres humanos no pueden hacer nada excepto correr y esconderse. Para que estos mismos simios imaginen que pueden estabilizar esta atmósfera es arrogante más allá de la creencia. No pueden controlar el clima.
(The nasty little apes that call themselves human beings can do nothing except run and hide. For these same apes to imagine they can stabilize this atmosphere is arrogant beyond belief. They can't control the climate.)
En el libro de Michael Crichton "Estado del miedo", el autor critica la arrogancia humana con respecto al control climático. Describe a los humanos como "pequeños simios desagradables" que tienden a evadir los desafíos en lugar de enfrentarlos directamente. Esta caracterización destaca una inutilidad percibida en los esfuerzos humanos para gestionar sistemas complejos como la atmósfera.
Crichton enfatiza que la creencia en la capacidad de la humanidad para estabilizar el clima es demasiado presuntuoso. Argumenta que los humanos, a pesar de su tecnología e inteligencia avanzadas, son en última instancia impotentes contra las vastas fuerzas de la naturaleza. Esta perspectiva cuestiona la efectividad y capacidad de las intervenciones humanas en los problemas ambientales.