Las empresas de negociación de alta frecuencia (HFT) utilizaron pedidos mínimos en el intercambio de murciélagos, generalmente el tamaño más pequeño de 100 acciones. Estas órdenes no estaban dirigidas a un comercio genuino; Más bien, sirvieron como una herramienta estratégica para extraer información de inversores desprevenidos sobre las preferencias e intenciones del mercado. Al realizar estos pedidos negligibles, las empresas HFT podrían obtener información sobre la compra y la venta de tendencias sin comprometer capital a transacciones reales.
Bats, el mercado de estas actividades, fue establecido por las propias empresas HFT, lo que refleja su interés personal en mantener el control sobre la dinámica del mercado. El uso de tales tácticas ilustra cómo el panorama comercial puede ser manipulado por jugadores sofisticados que priorizan la adquisición de información sobre la compra y venta tradicionales. Esta práctica tiene implicaciones significativas para la integridad de las actividades del mercado y las experiencias de los inversores regulares.
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