La gente estaba ocupada en sus autos, escuchando la radio, por lo que no había nadie a quien sonreír, así que acabo de enviar mi amor a los semáforos. Nadie los aprecia nunca, todo el día, trabajando tan duro para volverse rojo, amarillo y verde, justo a tiempo con nosotros para asegurarnos de que no nos estrellemos entre nosotros. Si había alguna pequeña oportunidad, incluso la más mínima oportunidad, de que estuvieran vivos, apuesto a que fui la primera persona en decirles que eran especiales. Eres especial, dije en voz alta en mi auto, pero en caso de que no pudieran escuchar, abrí la ventana. "Eres especial", dije, al aire nocturno. Y así, una luz verde.

La gente estaba ocupada en sus autos, escuchando la radio, por lo que no había nadie a quien sonreír, así que acabo de enviar mi amor a los semáforos. Nadie los aprecia nunca, todo el día, trabajando tan duro para volverse rojo, amarillo y verde, justo a tiempo con nosotros para asegurarnos de que no nos estrellemos entre nosotros. Si había alguna pequeña oportunidad, incluso la más mínima oportunidad, de que estuvieran vivos, apuesto a que fui la primera persona en decirles que eran especiales. Eres especial, dije en voz alta en mi auto, pero en caso de que no pudieran escuchar, abrí la ventana. "Eres especial", dije, al aire nocturno. Y así, una luz verde.


(The people were all busy in their cars, listening to the radio, so there was no one to smile at, so I just sent my love to the traffic lights. No one ever appreciates them, all day long, working so hard to turn red and yellow and green, right in time with us to make sure we don't crash into each other. If there was any tiny chance, even the tiniest chance, that they happened to be alive, I bet I was the first person ever to tell them they were special. You are special, I said out loud in my car, but in case they couldn't hear, I cracked my window open. "You are special," I said, to the night air.And just like that, a green light.)

📖 Aimee Bender

🌍 Americano  |  👨‍💼 Novelista

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El narrador reflexiona sobre un momento de soledad mientras está atrapado en el tráfico, señalando el aislamiento de las personas en sus autos, absorbido en sus radios. Sintiéndose desconectados, deciden con humor extender el afecto a los semáforos, que gestionan incansablemente el flujo de vehículos. El narrador imagina a las luces como trabajadores no apreciados, desempeñando un papel vital en la prevención de accidentes y mantener el orden. Esta noción caprichosa los lleva a declarar audiblemente que las luces son especiales, reconociendo su importancia en el viaje diario.

Este acto de reconocimiento se transforma en una interacción lúdica con el entorno, lo que sugiere un sentido de conexión incluso en circunstancias mundanas. Mientras el narrador habla de los semáforos y abre la ventana para garantizar que su mensaje llegue al aire nocturno, aparece una luz verde. Esta conclusión caprichosa ilustra un momento de alegría y positividad en una situación rutinaria, destacando la importancia de reconocer y elevar incluso los aspectos más simples de la vida.

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octubre 25, 2025

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