En el libro de William S. Burroughs "The Western Lands", critica la visión totalitaria representada en el trabajo de George Orwell, encapsulado por la cita sobre la represión perpetua. Burroughs argumenta que esta visión representa una visión ingenua y demasiado optimista de la dinámica de poder. Sugiere que un régimen que busca oprimir permanentemente a su gente no podría sostenerse por mucho tiempo, ya que socavaría los fundamentos de la existencia y la supervivencia.
Burroughs caracteriza a ese programa como uno de exterminio en lugar del dominio duradero, lo que indica que cualquier ideología enraizada en la opresión inquebrantable inevitablemente conduciría a la destrucción. Él implica que el verdadero poder no debe depender de la violencia y el miedo, ya que estas tácticas son en última instancia autodestructivos. Esta reflexión invita a los lectores a considerar la sostenibilidad de los sistemas opresivos y la necesidad inherente de equilibrio y humanidad en la gobernanza.