La esencia del establecimiento de objetivos efectivos radica en la claridad y la definición de nuestros objetivos. Al escribir nuestros objetivos, solidificamos nuestras intenciones, haciéndolas más tangibles. Este proceso fomenta el enfoque y el compromiso, lo que nos permite volver a visitar nuestras aspiraciones con frecuencia durante todo el día.
Además, participar con nuestros objetivos a través de la visualización y la inversión emocional crea una sensación de logro antes de que se manifieste en la realidad. Al tratar nuestros objetivos como si ya estuvieran logrados, mejoramos nuestra motivación y impulso, lo que en última instancia nos lleva hacia un mayor éxito en la vida.