El gato blanco simboliza la luna plateada tirando en las esquinas y limpiando el cielo para que lo siga el día. El gato blanco es el limpiador o el animal que se limpia, descrito por la palabra sánscrita Margaras, que significa el cazador que sigue la pista; el investigador; El Skip Tracer. El gato blanco es el cazador y el asesino, su camino iluminado por la luna plateada. Todos los lugares y seres oscuros y ocultos se revelan en esa luz inexorablemente suave. No puedes sacudir a tu gato blanco porque tu gato blanco eres tú. No puedes esconderte de tu gato blanco porque tu gato blanco se esconde contigo.
(The white cat symbolizes the silvery moon prying into corners and cleansing the sky for the day to follow. The white cat is the cleaner or the animal that cleans itself, described by the Sanskrit word Margaras, which means the hunter who follows the track; the investigator; the skip tracer. The white cat is the hunter and the killer, his path lighted by the silvery moon. All dark, hidden places and beings are revealed in that inexorably gentle light. You can't shake your white cat because your white cat is you. You can't hide from your white cat because your white cat hides with you.)
El gato blanco se representa como un símbolo de iluminación, que representa la capacidad de la luna para arrojar luz sobre los aspectos ocultos de la vida. Esta imagen sugiere que el gato no solo encarna la limpieza sino que también actúa como un buscador de la verdad, iluminando los rincones más oscuros de nuestra existencia. El gato es retratado como un cazador y un limpiador, lo que refleja una dualidad que revela y purifica a través de su presencia.
Además, la noción de que "no puedes sacudir a tu gato blanco" enfatiza la conexión inseparable entre el individuo y su verdadero yo. El gato blanco sirve como una metáfora de la introspección, lo que sugiere que uno no puede evadir su propia naturaleza o las verdades que se encuentran dentro. Destaca la idea de que la autoconciencia y la aceptación son parte integral de comprender el propio viaje, instando a las personas a enfrentar sus realidades internas en lugar de esconderse de ellas.