En el trabajo de Philip K. Dick, explora el concepto de que algunos individuos, aunque biológicamente humanos, carecen de la profundidad emocional o la humanidad típicamente asociada con nuestra especie. Esta idea metafórica de ser "androides" sugiere que estas personas pueden estar desconectadas de experiencias y emociones humanas genuinas, funcionando casi como máquinas en lugar de seres vivos. Con el tiempo, los escritos de Dick han profundizado en las líneas borrosas entre la existencia humana y artificial, planteando preguntas sobre la identidad y la conciencia.
Este tema refleja un comentario más amplio sobre la sociedad, destacando cómo ciertas personas pueden operar de manera mecánica, desprovisto de empatía o verdadera conexión con los demás. Dick invita a los lectores a reconsiderar lo que significa ser humano, instándolos a explorar los algoritmos emocionales que definen nuestras acciones y relaciones. Tales reflexiones sirven como una crítica de un mundo moderno que a veces puede priorizar la eficiencia sobre la empatía, desafiándonos a reconectarnos con nuestros seres auténticos.