Eran cuatro niños limpios que se estaban divirtiendo mucho, y conducían las nueces de Yossares. No podía hacerles entender que era una vieja y amañazada y vieja de veintiocho, que pertenecía a otra generación, otra época, otro mundo, que pasándolo bien aburrido y no valía la pena el esfuerzo, y que también lo aburrieron. No pudo hacerlos callarlos; Eran peores que las mujeres. No tenían el cerebro suficiente para ser introvertidos y reprimidos.
(They were four clean-cut kids who were having lots of fun, and they were driving Yossarian nuts. He could not make them understand that he was a crotchety old fogey of twenty-eight, that he belonged to another generation, another era, another world, that having a good time bored him and was not worth the effort, and that they bored him, too. He could not make them shut up; they were worse than women. They had not brains enough to be introverted and repressed.)
Yossarian se siente cada vez más alienado de cuatro jóvenes despreocupados que se están pasando muy bien, disfrutando de la vida sin preocuparse. Su exuberancia contrasta bruscamente con su propia perspectiva cínica y hastiada, ya que los ve como encarnando una juventud que ya no posee. A pesar de tener solo veintiocho años, se siente como una reliquia anticuada, perteneciente a una época pasada e incapaz de apreciar su alegría. Su charla incesante y su alegre comportamiento lo frustran, mientras lucha por relacionarse con su perspectiva.
Su irritación destaca la división generacional, lo que sugiere que su falta de introspección y conciencia es algo que él percibe como un defecto. Yossarian anhela una sensación de profundidad y comprensión que siente que falta en su actitud despreocupada. Esta distinción lo hace sentir atrapado en su cinismo, incapaz de encontrar alegría en la frivolidad que lo rodea. Mientras están inmersos en la diversión, lidia con las cargas de sus experiencias, mostrando cómo las cargas de la vida pueden atenuar la vitalidad de la juventud.