Los que toman vidas perderán la suya. Los que matan, morirán. ¡Pero el que da su propia vida volverá a vivir!
(Those who take lives will lose their own. Those who kill, will die. But he who gives his own life away will live again!)
La cita sugiere un principio moral profundo con respecto a la vida y la muerte. Hace hincapié en que aquellos que toman la vida de los demás finalmente enfrentarán consecuencias nefastas, perdiendo su propia vida en un sentido metafórico. El acto de matar conduce a un ciclo de violencia, lo que resulta en la desesperación y, en última instancia, la muerte para el autor.
. En contraste, la cita destaca la nobleza del sacrificio, postulando que alguien que sacrifica su propia vida por los demás logrará una forma de inmortalidad. Esto refleja temas de desinterés y la idea de que la verdadera vida proviene de darse por el bien mayor. La yuxtaposición de estas ideas subraya el conflicto eterno entre tomar la vida y regalarla, un tema central en el trabajo de Philip K. Dick.