Valentine había observado hacía mucho tiempo que en una sociedad que esperaba castidad y fidelidad, como Lusitania, los adolescentes que controlaban y canalizaban sus pasiones juveniles eran los que crecían para ser fuertes y civilizados. Los adolescentes de una comunidad así que eran demasiado débiles para controlarse a sí mismos o demasiado despreciantes de las normas de la sociedad para intentarlo, generalmente terminaban siendo ovejas o lobos, ya fueran miembros estúpidos de la manada o depredadores que tomaban lo que podían y no daban nada.
(Valentine had long ago observed that in a society that expected chastity and fidelity, like Lusitania, the adolescents who controlled and channeled their youthful passions were the ones who grew up to be both strong and civilized. Adolescents in such a community who were either too weak to control themselves or too contemptuous of society's norms to try usually ended up being either sheep or wolves- either mindless members of the herd or predators who took what they could and gave nothing.)
La observación de Valentine refleja la importancia del autocontrol y la adherencia a las normas sociales, particularmente en una comunidad como Lusitania que valora la castidad y la fidelidad. Señala que los adolescentes que aprenden a gestionar sus deseos juveniles tienden a convertirse en adultos fuertes y civilizados. Esto sugiere que la disciplina personal es crucial para el desarrollo y conduce a una vida adulta más responsable y considerada.
Por el contrario, aquellos adolescentes que luchan por controlar sus impulsos o rechazan las expectativas sociales a menudo enfrentan consecuencias nefastas. O pasan a formar parte de una multitud conformista, carente de individualidad, o se transforman en depredadores, explotando a los demás sin contribuir positivamente a la sociedad. Así, la lucha entre el autocontrol y las normas sociales moldea el carácter y el futuro de la juventud en Lusitania.
