En "Influencia extranjera", el autor Brad Thor analiza el cambio en el lenguaje con respecto a las amenazas globales. Señala que, en lugar de llamar a los actos de terror de violencia, ahora nos referimos a ellos como 'desastres hechos por el hombre'. Este cambio en la terminología refleja un intento más amplio de minimizar las motivaciones detrás de tales actos, enmarcándolos como resultado de grupos privados de sus derechos en lugar de reconocer los problemas subyacentes del terrorismo.
La perspectiva deThor sugiere una narración peligrosa que posiciona a estos grupos como simplemente malentendidos, lo que podría obstaculizar la comprensión y el abordaje de amenazas genuinas. Al desviar el enfoque del término terror, las complejidades de las motivaciones e implicaciones de tales acciones pueden pasarse por alto, lo que finalmente afecta cómo la sociedad responde y se protege de estas amenazas.
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