En el libro de Mitch Albom "La siguiente persona que conoces en el cielo", reflexiona el autor sobre la obsesión humana con el tiempo. Las personas a menudo cuantifican su existencia midiendo los momentos, comparando experiencias e incluso marcando su tiempo a través de epitafios en lápidas. Esto resalta cuánto énfasis se pone en el paso del tiempo en nuestras vidas.
La cita captura la esencia de nuestra relación con el tiempo, lo que sugiere que tendemos a darle una importancia significativa. Sirve como un recordatorio para apreciar el presente en lugar de perderse en la medición y las comparaciones que a menudo definen nuestra existencia.