En la sociedad, muchas personas han desarrollado una percepción negativa de gobernanza, a menudo vinculándola con rasgos como arrogancia, corrupción y desigualdad. Esta mentalidad se debe a observar varios líderes y sistemas políticos que priorizan la autopromoción sobre el servicio público genuino. La crítica prevalente destaca las ineficiencias y la falta de responsabilidad, lo que lleva a una desilusión generalizada con los que están en el poder.
Randy Alcorn, en su libro "Heaven", desafía estos puntos de vista convencionales al sugerir que la gobernanza puede abordarse de manera diferente. Él implica que con la intención y la integridad moral correctas, el gobierno puede reflejar valores como la equidad y el servicio a la comunidad, alejándose de la noción de liderazgo egoísta. Esta perspectiva fomenta una reevaluación de cómo vemos la autoridad y su potencial de impacto positivo.