Éramos pequeñas criaturas, de verdad; Pequeño y asustado, tratando de mantener nuestro lugar en la pequeña plataforma que era nuestra tierra. Entonces, si bien el mundo sobre nosotros puede parecer tan sólido, tan permanente, no fue realmente. Todos estábamos a merced del azar, sin importar cuán seguros nos sentimos, rehenes de nuestra propia fragilidad humana.
(We were tiny creatures, really; tiny and afraid, trying to hold our place on the little platform that was our earth. So while the world about us might seem so solid, so permanent, it was not really. We were all at the mercy of chance, no matter how confident we felt, hostages to our own human frailty.)
En "Time Time para la construcción tradicional", Alexander McCall Smith reflexiona sobre la naturaleza frágil de la existencia humana. Describe a las personas como seres pequeños y temerosos que se esfuerzan por encontrar su lugar en la tierra, lo que, a pesar de su apariencia aparentemente sólida, es fundamentalmente incierto. Esta metáfora destaca la vulnerabilidad de la humanidad en medio de las fuerzas más grandes del mundo.
La cita enfatiza que, independientemente de cómo se sientan las personas seguras o seguras de sí mismas, están sujetas a los caprichos del azar. Nuestra fragilidad humana nos hace susceptibles a eventos impredecibles, recordando a los lectores la imprevisibilidad inherente de la vida y nuestra necesidad de aceptar y navegar esta inestabilidad.