En "Catch-22" de Joseph Heller, el concepto de un país se representa como un área definida artificialmente, rodeada de límites arbitrarios que separan a una nación de otra. El autor destaca la paradoja del patriotismo, donde las personas están dispuestas a sacrificar sus vidas por una nación, independientemente de la naturaleza artificial de estas fronteras. La intensa lealtad que las personas sienten hacia sus respectivos países plantean preguntas sobre el verdadero valor de tales lealtades.
Con cincuenta o sesenta naciones involucradas en el conflicto durante la guerra, Heller provoca reflexión sobre lo absurdo de la situación. Sugiere que la pérdida de vidas para estas naciones construidas puede no estar justificada, lo que lleva a los lectores a examinar críticamente la importancia de las identidades nacionales. El texto desafía al lector a considerar las implicaciones de sacrificarse por un concepto tan transitorio y fabricado como un país.
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