Cuando no hay decisiones inteligentes, supongo que sólo tienes que elegir la decisión estúpida que más te guste.
(When there aren't any smart decisions, I suppose you just have to pick the stupid decision you like best.)
En situaciones en las que parece que no hay buenas opciones disponibles, uno puede verse obligado a seleccionar la opción menos desfavorable. Esta perspectiva sugiere que, en ausencia de soluciones ideales, es natural gravitar hacia la elección que más resuena, aunque no sea la más inteligente. Tomar decisiones se convierte en una cuestión de preferencia personal más que de razonamiento lógico.
Esta idea refleja la complejidad de la toma de decisiones, particularmente en circunstancias difíciles. Cuando se enfrentan a opciones difíciles, las personas a menudo tienen que sopesar sus valores e instintos, lo que los lleva a tomar una decisión que, si bien tal vez no sea inteligente, les parece adecuada en ese momento.