Las mujeres creen que los hombres son, en cierto sentido, versiones defectuosas de las mujeres, los hombres creen que las mujeres son versiones defectuosas de los hombres. Ambos géneros están atrapados en la adelusión de que sus puntos de vista personales son universales. Ese punto de vista, que cada género es una versión defectuosa de The Other, es la raíz de todos los malentendidos.
(Women believe that men are, in a sense, defective versions of women, Men believe that women are defective versions of men. Both genders are trapped in adelusion that their personal viewpoints are universal. That viewpoint-that each gender is a defective version of theother-is the root of all misunderstandings.)
En los "escombros de Dios" de Scott Adams, presenta una perspectiva estimulante sobre las percepciones de género. Las mujeres tienden a percibir a los hombres como reflejos defectuosos de sí mismas, mientras que los hombres ven de manera similar a las mujeres como adaptaciones inferiores. Este punto de vista lleva a un malentendido significativo entre los dos géneros, ya que cada uno cree que su perspectiva es el estándar. Esta ilusión refuerza un ciclo de falta de comunicación y confusión en las relaciones.
El quid del problema radica en la creencia de que las diferencias de género opuestas son indicativas de un defecto en lugar de una divergencia en la perspectiva. Esta noción de ser "defectuoso" persigue a cada género al valor y la complejidad del otro, contribuyendo al conflicto continuo y al malentendido. Reconocer y superar esta ilusión podría fomentar una mejor comunicación y conexión entre hombres y mujeres.
