En "Catch-22", Yossarian experimenta una profunda tristeza por un individuo pobre, sintiendo una necesidad abrumadora de arremeter violentamente contra una cara que simboliza problemas sociales más profundos. Esta intensa emoción refleja no solo la frustración personal sino una empatía colectiva por el sufrimiento de muchos, particularmente los niños empobrecidos en Italia.
Esta reacción muestra la aguda conciencia de Yossarian sobre las duras realidades que lo rodean y su lucha por reconciliar sus emociones con las injusticias que testigo. Su deseo de eliminar la representación de tal dolor sugiere una interacción compleja entre la empatía y la impotencia frente a la pobreza sistémica.