En la reflexión sobre el comportamiento humano, el autor destaca la dura realidad del confinamiento y la arrogancia detrás de las personas encarceladas. Él plantea una pregunta que invita a la reflexión sobre cómo otras criaturas nunca limitarían su propio tipo, contrastando esto con la tendencia humana a crear cárceles y células. Esto refleja una tristeza profundamente arraigada sobre las formas en que los humanos se tratan, a menudo reduciendo su existencia a la de los simples prisioneros.
La noción de una "canción enjaulada" enfatiza el dolor y el anhelo presente en el confinamiento. El autor transmite la idea de que una canción cantada del cautiverio carece de su verdadera esencia, ya que se transforma en un grito de ayuda. Esta representación conmovedora ilustra el costo emocional y psicológico que el encarcelamiento inflige, lo que sugiere que la libertad es un aspecto vital de la expresión y creatividad genuina.