La cita se refleja en la tendencia humana a limitarse entre sí, destacando cómo creamos diversas formas de confinamiento, desde cárceles hasta encarcelamientos menos formales. El autor señala que esta práctica es exclusivamente humana, ya que ninguna otra criatura limita su propia especie de tal manera. Hace hincapié en la ironía y la arrogancia en este comportamiento, comparándola con cómo los animales coexisten libremente sin la necesidad de encarcelarse entre sí.
Esta perspectiva invita a los lectores a cuestionar la moral y las consecuencias de nuestras estructuras sociales. El desconcierto del autor revela una visión profunda de la naturaleza de la libertad y las contradicciones presentes en el comportamiento humano, agitando una reflexión sobre el valor de la verdadera libertad versus los impulsos de control que conducen a las prisiones hechas por humanos.