El amor puede verse como una forma de locura o incluso enfermedad, pero sin duda significa el punto más alto de felicidad en la vida de una persona. Esta compleja emoción trasciende la mera alegría, sumergiéndose profundamente en la esencia de la experiencia humana. Sugiere que, independientemente de su naturaleza caótica, el amor trae profunda satisfacción y euforia.
En el trabajo de Naguib Mahfouz, "Qashtamar", el amor es retratado como un elemento intenso y transformador que puede llevar a las personas tanto al éxtasis como a la agitación. Esta dualidad destaca el poderoso agarre del amor en las emociones humanas, ilustrando su papel como un impulsor fundamental de la felicidad, a pesar de los desafíos que puede plantear.