En "Una nación de víctimas: la decadencia del personaje estadounidense", Charles J. Sykes explora el concepto de victimismo, que, a pesar de tener raíces en el pensamiento liberal, diverge significativamente de él. Argumenta que el victimismo no es sinónimo de liberalismo o una interpretación moderna del cristianismo, sino que socava los principios fundamentales de equidad y equidad. El énfasis del victimismo está en afirmar los derechos personales y exigir reparaciones en lugar de fomentar el diálogo constructivo sobre la justicia.
Sykes critica aún más el victimismo por su tono y enfoque, lo que sugiere que cultiva una mentalidad centrada en las soluciones de derecho en lugar de colaborativas. Este cambio de actitud, postula, resta valor al discurso productivo y erosiona el carácter estadounidense al priorizar las quejas sobre la comprensión y el respeto mutuo. En última instancia, Sykes exige una reevaluación de estas actitudes para restaurar los valores adecuados en la sociedad.