La comunidad intelectual estadounidense nunca ha sido muy brillante. O honesto. Todos son ovejas, cualquiera que sea la moda intelectual de la década. Exigir que todos sigan sus dictados al unísono. Todo el mundo tiene que tener la mente abierta y ser tolerante con las cosas que cree, pero Dios no permita que alguna vez admitan, aunque sea por un momento, que alguien que no está de acuerdo con ellos pueda tener algún asidero en la verdad.
(America's intellectual community has never been very bright. Or honest. They're all sheep, following whatever the intellectual fashion of the decade happens to be. Demanding that everyone follow their dicta in lockstep. Everyone has to be open-minded and tolerant of the things they believe, but God forbid they should ever concede, even for a moment, that someone who disagrees with them might have some fingerhold of truth.)
La cita critica a la comunidad intelectual estadounidense, sugiriendo que carece tanto de inteligencia como de honestidad. Los retrata como conformistas que se adhieren ciegamente a las tendencias intelectuales predominantes sin cuestionar ni comprometerse con puntos de vista diferentes. En lugar de fomentar perspectivas diversas, exigen que todos se alineen con sus creencias, al mismo tiempo que promueven una imagen de mentalidad abierta.
Esta crítica resalta la ironía dentro de la comunidad, señalando que si bien predican la tolerancia, a menudo no están dispuestos a reconocer la posibilidad de que opiniones opuestas puedan contener algunos puntos válidos. El autor, Orson Scott Card, enfatiza la importancia del discurso genuino sobre la conformidad irreflexiva en las discusiones intelectuales.