Andrew Carnegie expresó una opinión conmovedora sobre la riqueza, afirmando que dejar activos financieros sustanciales a un niño puede ser perjudicial. Él creía que tal riqueza puede ser una carga pesada en lugar de un regalo, lo que sugiere que podría obstaculizar la capacidad de un niño para desarrollar su propio carácter y ética de trabajo. La perspectiva de Carnegie destaca el potencial impacto negativo de la riqueza hereditaria en el crecimiento personal y la responsabilidad.
Esta idea se hace eco en el libro de Randy Alcorn, "El principio del tesoro", donde enfatiza la importancia de dar una entrega alegre sobre la acumulación de riqueza. Alcorn argumenta que, en lugar de legitar vastas riquezas, fomentar un espíritu de generosidad puede conducir a una mayor satisfacción y alegría, abogando por un enfoque más reflexivo de la riqueza y sus implicaciones para las generaciones futuras.
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