En "La puerta giratoria de la vida", Angus reflexiona sobre un aspecto preocupante del discurso moderno. Se da cuenta de que el respeto y la cortesía han sido reemplazados por insultos y comentarios estratégicamente diseñados destinados a provocar. Este cambio ha llevado a un deterioro en la calidad de las discusiones nacionales.
Angus concluye que el estado actual de la conversación carece de sustancia e intercambio significativo. Reconoce que lo que se etiqueta como una conversación nacional es esencialmente inexistente, ya que la cortesía se ha sacrificado por respuestas agudas y ataques personales.
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