Los estudios sobre discapacidad ofrecen un marco educativo que valida las experiencias de individuos con cuerpos no normativos, posicionándolos como fuentes de perspectivas alternativas sobre la existencia. Este enfoque desafía los puntos de vista convencionales sobre la capacidad y resalta el valor de las diversas experiencias vividas. Al reconocer estas encarnaciones únicas, los estudios sobre discapacidad contribuyen a una comprensión más profunda de las diferencias humanas.
Dos enfoques centrales dentro de este campo convergen para crear lo que se denomina cripistemologías curriculares. Este concepto surge del libro de David T. Mitchell, "La biopolítica de la discapacidad", que explora la intersección de la discapacidad, el neoliberalismo y las normas sociales. A través de esta lente, el estudio de la discapacidad se convierte en un medio para examinar estructuras sociales más amplias y su impacto en las comunidades marginadas.