Mientras el protagonista corre, sus pensamientos giran en torno a los acontecimientos de su pasado, reflexionando sobre momentos cruciales que han dado forma a su vida. Recuerda recuerdos vívidos, como la escalofriante experiencia de recibir un disparo en un callejón y la fugaz imagen de su atacante. Estas instantáneas de la historia sirven como recordatorios tanto del trauma como de la alegría, creando un rico tapiz de experiencias que lo persiguen e inspiran.
Entre estos recuerdos destaca la visión de su hija recién nacida, que representa esperanza y nuevos comienzos. También piensa en su madre, su imagen grabada en su mente, que encarna la calidez de la familia a pesar de la tristeza de su pérdida. Cada recuerdo, ya sea alegre o doloroso, añade profundidad a su identidad, iluminando su viaje por la vida en el contexto crudo del tiempo.