En los momentos finales de su mensaje grabado, el Reb enfatizó la importancia del amor y la comunicación entre los amigos, instando a todos a no dejar que los conflictos triviales arruinen sus relaciones. Su sincera súplica subrayó su creencia en el valor de la conexión y la comprensión, resonando profundamente dentro del santuario.
Concluyó su mensaje con una canción conmovedora, despedida de su congregación con las palabras, "Adiós amigos". Esta partida se convirtió en un momento memorable, caracterizado por el canto comunitario que estalló, lo que lo convirtió en una oración poderosa. Aquellos que lo presenciaron sintieron que esta era una forma adecuada y sincera para que el REB cierre su viaje, destacando su compromiso de toda la vida de unir a las personas a través del amor y la armonía.