De vuelta en el santuario, el REB concluyó su mensaje grabado diciendo: Por favor, se amen unos a otros, hablen unos a otros, no dejen que las trivialidades disuelvan las amistades ... luego cantó una melodía simple, que se tradujo en: amigos adiós, buenos- Adiós amigos, adiós, adiós, nos vemos de nuevo, nos vemos de nuevo, adiós. La congregación, una última vez, se unió. Se podría decir que fue la oración más fuerte de su carrera. Pero siempre supe que saldría con una canción.
(Back in the sanctuary, the Reb concluded his taped message by saying, Please love one another, talk to one another, don't let trivialities dissolve friendships… Then he sang a simple tune, which translated to: Good-bye friends, good-bye friends, good-bye, good-bye, see you again, see you again, good-bye. The congregation, one last time, joined in. You could say it was the loudest prayer of his career. But I always knew he'd go out with a song.)
En los momentos finales de su mensaje grabado, el Reb enfatizó la importancia del amor y la comunicación entre los amigos, instando a todos a no dejar que los conflictos triviales arruinen sus relaciones. Su sincera súplica subrayó su creencia en el valor de la conexión y la comprensión, resonando profundamente dentro del santuario.
Concluyó su mensaje con una canción conmovedora, despedida de su congregación con las palabras, "Adiós amigos". Esta partida se convirtió en un momento memorable, caracterizado por el canto comunitario que estalló, lo que lo convirtió en una oración poderosa. Aquellos que lo presenciaron sintieron que esta era una forma adecuada y sincera para que el REB cierre su viaje, destacando su compromiso de toda la vida de unir a las personas a través del amor y la armonía.