En su trabajo "de la libertad humana", Epictetus enfatiza la importancia de las experiencias de la vida real en la prueba de las doctrinas que hemos estudiado. Cuando encontramos situaciones en las que se pueden aplicar estas enseñanzas, se convierte en un momento de crecimiento y reflexión. El éxito en la superación de rasgos negativos como la mezquindad, la irreflexión y el descuido es un logro significativo, convirtiendo los desafíos diarios en oportunidades para la celebración personal.
Epictetus sugiere que si nos encontramos menos comprometidos con viejos hábitos, podemos apreciar cada día como una nueva oportunidad para tener éxito. Al navegar varias situaciones con integridad y atención plena, cada día ofrece alegría y satisfacción. Destaca la idea de que el desarrollo personal transforma nuestra perspectiva, lo que nos permite ver incluso eventos mundanos como experiencias significativas.