En "A Dangerous Place" de Jacqueline Winspear, la metáfora de los bombarderos como "cuervos oscuros de muerte" evoca una imagen inquietante de la guerra y la destrucción. La comparación destaca la naturaleza siniestra de estos aviones, que se utilizan para desatar el caos en vidas inocentes. Al comparar los bombarderos con los cuervos, el autor sugiere una presencia siniestra, enfatizando cómo sus acciones interrumpen la tranquilidad del mundo.
Esta imagen captura la esencia de la devastación causada por la guerra, ya que estos bombarderos 'ponen sus huevos' en forma de bombas, que traen sufrimiento y pérdida. La cita refleja la intención del autor de retratar el profundo impacto del conflicto en la humanidad, ilustrando cómo tales instrumentos de destrucción alteran viviendo permanentemente, dejando una sombra duradera de miedo y tristeza.
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