En "Hidden Prey", John Sandford critica la naturaleza cambiante del trabajo policial, sugiriendo que los agentes han comenzado a adoptar una mentalidad del FBI. Este cambio incluye la construcción de barreras, tanto físicas como sociales, que separan a las fuerzas del orden de las comunidades a las que sirven. A medida que se confinan cada vez más en patrullas y se distancian de la interacción pública directa, su papel pasa de ser guardianes de la comunidad a una presencia más militarizada.
Sandford sostiene que esta transformación conduce a una percepción de la policía como una fuerza paramilitar en lugar de agentes del orden dedicados a servir y proteger al público. La evolución de la actuación policial, según el autor, socava la relación esencial entre las fuerzas del orden y los miembros de la comunidad, lo que genera preocupación sobre las implicaciones para el orden social y la confianza pública.