En "Tres soldados" de John Dos Passos, un personaje observa a otro que parece triste y mal. Esta observación destaca el contraste entre el estado de ánimo del hombre y el comportamiento más juguetón del orador, que intenta elevar la situación arrojándole margaritas. Las acciones del orador sugieren una sensación de cuidado mezclada con humor, lo que indica las complejidades de las interacciones humanas en tiempos difíciles.
Siguiendo su gesto lúdico, el orador señala la dependencia del hombre en la comida, lo que implica que las necesidades físicas pueden influir en gran medida en los estados emocionales. Su tono burlón subraya una cierta conciencia de las luchas que enfrentan los hombres, particularmente en tiempos de dificultad. Este momento captura la interacción entre la alegría y la gravedad de la supervivencia, enfatizando cómo las necesidades básicas como la comida pueden dictar el bienestar de uno.